¿Sabías que los pezones invertidos son una malformación que afecta a la forma de los pezones y puede presentarse en una o en ambas mamas? Hoy te contamos todos los detalles de esta dolencia.
¿Qué son los pezones invertidos?
El pezón invertido o retraído es más común de lo que se piensa, pues alrededor de un 8 a 10% de las mujeres lo padecen. Puede ser tanto de forma congénita como adquirida en la edad adulta. Es menos común en los hombres, pero no dejan de presentarse algunos casos.
Pueden distinguirse dos tipos:
- Los pezones invertidos umbilicados, que es una alteración congénita causada por la presencia de los ligamentos retraídos y/o por el acortamiento de los conductos galactóforos, que son aquellos por los cuales llega la leche producida en la glándula hasta el pezón.
- También están los pezones invertidos invaginados, en los cuales tras la manipulación o el estímulo por el frío pueden salir y mantenerse en la forma correcta.
La mayoría de las personas con pezones invertidos no suelen presentar otros problemas como infecciones, tumores o cualquier otra alteración.
Al observar los pezones, estos no deben sobresalir de la areola, se van a notar hundidos en ella, como con un aspecto de ombligo. Si ese es el caso, se trata de pezones invertidos o inversotelia, como es conocido científicamente.
La inversotelia a su vez, se puede clasificar en tres tipos y dependiendo de este, será su posterior corrección quirúrgica:
Grado I: Cuando el pezón puede ser fácilmente exteriorizado con la manipulación o incluso puede emerger sin dicha manipulación, manteniéndose en su posición correcta momentáneamente.
Grado II: Es necesaria la manipulación para sacarlo, pero se retrae en cuanto cesa la estimulación.
Grado III: El pezón nunca se exterioriza.
Cabe destacar que hasta un 90% de los pacientes con esa anomalía se ubican en Grado I y II.
Causas del pezón invertido
Como ya habíamos mencionado, las causas pueden ser genéticas, apreciándose desde la adolescencia. La inversión de uno o ambos pezones puede ocurrir en cualquier época de la vida, tras lo cual es importante realizarse un chequeo médico.
Es recomendable que si uno o ambos pezones se invierten repentinamente, se acuda a un médico especialista en patología mamaria, ya que son los profesionales indicados para prescribir las pruebas necesarias y los pasos a seguir.
No se debe entrar en pánico ante una situación de pezón invertido repentinamente, pues se debe recordar que muchas personas nacen con esta malformación sin tener consecuencias más allá de las estéticas. Sin embargo, puede ser un indicador de enfermedades, infecciones e incluso cáncer de mama.
Técnicamente, la causa más común de un pezón invertido es la reducida longitud de los conductos galactóforos, junto a unos ligamentos acortados, los cuales impedirán que el pezón pueda proyectarse hacia el exterior, como lo hace en condiciones normales.
Tratamientos
Existen tratamientos para el pezón invertido que no siempre van a conducir a una intervención quirúrgica. Generalmente se les recomienda los ejercicios de Hoffman o el uso de escudos conformados.
Los primeros consisten en tomar los pezones suavemente entre los dedos y estirarlos hacia afuera con pequeños movimientos rotatorios, realizando los mismos pasos durante varios segundos. Para comenzar se pueden realizar dos veces al día, para luego ir incrementando la frecuencia. Sin embargo, existen muchos profesionales de la especialidad que son detractores de esta práctica, puesto que pueden dañar la areola y en el embarazo pueden producir mastitis.
En cuanto a los escudos conformados, existen varias formas y diseños, compuestos por un anillo interior que se adapta sobre la areola y el pezón sobresale. Este dispositivo está adaptado para evitar la maceración de la piel.
Sin embargo, la mayoría de los cirujanos plásticos dudamos de la efectividad de los procedimientos anteriormente comentados, pensando que la única opción eficaz es la cirugía.
La solución quirúrgica devuelve al complejo areola-pezón su forma natural de una forma sencilla y controlada, a través de una pequeña intervención ambulatoria que se lleva a cabo bajo anestesia local y que permite recuperar la estética de unos pechos perfectos y bonitos. La cicatriz no es vivible tras unos meses de maduración y tampoco requiere tiempo de reposo. La sensibilidad y el color del pezón se mantienen intactos tras una correcta cirugía.