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En alguna ocasión os hemos hablado sobre la posibilidad de dar de mamar después de un aumento de pecho. Hoy en nuestra clínica estética de Valencia nos centramos en el caso opuesto para hablar sobre si la reducción de senos afecta a la lactancia. ¡Vamos allá!

Cómo puede afectar la reducción de senos a una correcta lactancia

La reducción de senos puede afectar al proceso de lactancia futura de maneras diversas, pero esto no quiere decir que siempre que se lleve a cabo una reducción de pecho va a suponer eliminar la lactancia de la ecuación cuando tengamos bebés.

Dependiendo del tipo de operación, de las condiciones anatómicas de la paciente y de los hábitos de esa persona, la lactancia podrá ser posible total o parcialmente después de una reducción de senos.

En una reducción de pecho se puede eliminar tejido mamario y puede darse la posibilidad de que se seccionen algunos conductos por los que transcurre la leche durante la lactancia, lo que provocaría, en ciertos casos, que el bebé no pudiera alimentarse.

No obstante, una vez se produce la “subida de la leche”, en ocasiones esta leche “retenida” en los acinos glandulares de la mama busca una salida hacia el exterior a través del pezón con la succión del bebé.

De hecho, la parte más importante en una operación de pecho a la hora de determinar la futura calidad de la lactancia son la areola y el pezón. Si en la reducción de pecho se realiza la técnica de injerto libre del complejo areola-pezón, la cual es necesaria en los casos más severos, se elimina la conexión entre la areola y el resto del pecho. Es en estas pacientes en las que existe mayor probabilidad de que no se pueda dar de mamar al niño.

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¿En qué consiste la reducción de pecho?

Una reducción de pecho o mamoplastia de reducción es una intervención quirúrgica que tiene como objetivo lograr una disminución en el tamaño de los senos, eliminar el exceso de piel sobrante y elevar a una posición correcta tanto la mama como la areola y el pezón.

La reducción mamaria se suele realizar en aquellos casos en los que el tamaño de las mamas hace imposible a la mujer llevar una vida normal en sus actividades cotidianas, ya sea porque limitan su movilidad o porque los dolores de espalda continuados corren riesgo de cronificarse y afectar a otras estructuras.

En todos estos casos, se recomendará la realización de una mamoplastia de reducción. Sin duda, se trata de un procedimiento que, además de la mejoría estética del pecho, aporta una mejoría importante tanto de los efectos secundarios que conlleva tener un pecho grande y pesado como de la autoestima de la paciente a la hora de afrontar su día a día.

Este tipo de operación se realiza con anestesia general y requiere un ingreso hospitalario de un día. Después, las revisiones postoperatorias se llevan a cabo en la clínica.

La mamoplastia de reducción puede realizarse siguiendo diversas técnicas, pero se caracteriza por la eliminación de tejido graso, de piel y de tejido mamario, el responsable de la secreción de leche durante la lactancia.

Como ves, la reducción de senos puede ser una operación que afecte a la calidad de la lactancia futura, así que, si estás pensando en realizarte una reducción de pecho, es mejor que consultes a un cirujano plástico experimentado sobre el procedimiento y sus riesgos.

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Showing 2 comments
  • María Montero
    Responder

    Interesante artículo ya que muchas mujeres temen tener efectos perjudiciales para la lactancia tras la operación de reducción o aumento de pecho

    • Dr. Alberto Marina
      Responder

      ¡Muchas gracias Marina! Esperamos haberte ayudado con este artículo. ¡Feliz fin de semana!

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